Los ciudadanos de todo el mundo dependen de las TIC para realizar sus actividades socioeconómicas cotidianas que requieren la calidad de los servicios. En consecuencia, garantizar la QoS en este entorno se está haciendo esencial. Las redes de telecomunicaciones están interconectadas a escala nacional, regional y mundial, y la calidad de los servicios de telecomunicaciones aplicada en una red o un país influye sobre la calidad de extremo a extremo de ese servicio, por lo que la calidad no puede considerarse únicamente a nivel nacional o regional, sino que también hay que considerarla a escala mundial. Un enfoque armonizado y común de la reglamentación de la QoS haría posible mejores perspectivas de calidad cualquiera que sea la localización del consumidor y del proveedor de servicios.