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  1. Principios

Principios

La Comisión Nacional de Telecomunicaciones del Paraguay entiende que el derecho de las personas y del pueblo a la comunicación, libre, abierta y democrática en todo el territorio de la República, se sustenta en el equilibrio entre las prestaciones tecnológicas y las posibilidades de acceso a las potencialidades de una comunicación integral. El arbitrio para garantizar que tal equilibrio se establezca en el corto plazo y se consolide en el mediano y largo plazo, delinea el perfil de los principios que orientan la misión de la CONATEL.

En tal contexto, la CONATEL compromete sus esfuerzos en la búsqueda incesante de configurar el proceso de «construir comunidad»; entendiendo que su función reguladora, si bien es objetiva y equidistante de terceros intereses, esta ineludiblemente asociada a la «construcción de la sociedad del conocimiento en Paraguay».

La responsabilidad emergente de su posición estratégica en la regulación del espacio radioeléctrico le confiere a la CONATEL la renovada y renovadora función de administrar, en un marco jurídico moderno y eficiente, procesos tecnológicos y socioculturales orientados a la consecución de espacios, escenarios y oportunidades para que la gente logre comunicarse con la mayor eficacia y eficiencia desde la perspectiva de las telecomunicaciones, al tiempo de alcanzar los niveles más plenos de comunicación interhumana, en la dimensión afectiva y emocional.

El rol estratégico enmarcado en la normativa del Artículo 16 inc. h) de la ley 642/95, el que taxativamente establece: «Proponer al Poder Ejecutivo el régimen de seguridad en los sistemas de telecomunicaciones en los casos en que se declare el estado de excepción, previsto en el artículo 288 de la Constitución», le proporciona una responsabilidad específica en el contexto de la custodia de las instituciones que conforman el sistema democrático, por el cual el país ha tomado postura.

Independiente de los avances tecnológicos, la CONATEL asume que la evolución sociocultural se sustenta en una dinámica que involucra a la educación integral como uno de los resortes impulsores del desarrollo integral. Desarrollo que tiene escala y dimensión humana, aunque se sirva de la más avanzada tecnología y las más exigentes normas técnicas y jurídicas prevalecientes en el proceso de integración regional.